El problema está en que, tal y como ha insistido Nelson Goodman tomando algunas ideas de Ernst Gombrich:
"el ojo inocente no existe. Cuando se pone a trabajar el ojo ya es antiguo, ya está obsesionado por su propio pasado, por viejas y nuevas insinuaciones que le llegan del oído, la nariz, la lengua, los dedos, el corazón y el cerebro. No funciona como un instrumento autónomo y solitario, sino como un miembro sumiso de un organismo complejo y caprichoso. No sólo cómo ve, sino lo que ve, está regulado por la necesidad y el prejuicio. El ojo selecciona, rechaza, organiza, discrimina, asocia, clasifica, analiza y construye. No se trata de reflejar tanto como de recibir y construir. Lo que recibe y construye no lo ve al desnudo, como elementos sin atributos, sino como cosas, como comida, como gente, como enemigos, como estrellas, como armas. Nada se ve desnudo ni desnudamente".
maravilloso.... estamos siempre cargados de tantos prejuicios.... podran nuestros ojos mirar con un alo de inocencia?... serìa bueno...no??
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